jueves, 26 de febrero de 2009

De odios y demás alimentos

Ultimamente no hablamos de mi sino de los que me rodean, lo mismo es una técnica porque los que me rodean me definen.
Con el tiempo cada uno va dejando cerca las cosas y las personas que de verdad le importan y deshecha lo demás ,aunque tampoco es cierto , conozco gente rodeada de objetos que aborrecen y de personas que odian en una especie de resignación masoquista.
A veces los que se odian hacen un frente común contra otro mas odiado .
Le cuento que hoy he asistido a un espectáculo así, a un juego de odios a cuatro bandas en el que el mas débil se ha convertido en diana, aunque yo sé igual que ellos saben que aquí no vale matar porque su forma de vida descansa para siempre en esa bilis que los alimenta .Me despido sabiendo que volveremos a vernos .
Y le digo que tienen una mirada especial , distinta....como la que esperaba cruzarse por la calle el protagonista de Plenilunio de Antonio Muñoz Molina que estaba convencido o quería convencerse de que un asesino lleva el crimen escrito en los ojos.
Le tengo un miedo atroz al odio, incluso a su posibilidad lejana.
Pero ¿no es tu caso verdad ? , me pregunta alarmada
No , no es mi caso, es solo por hablar de algo....

14 comentarios:

Edanmir dijo...

Soy de los que creen que solo se odia lo que antes se amo. Eso es lo que lo hace terrible y enfermizo.

Anónimo dijo...

Confundir el "algo es algo" con el influjo maligno de un plenilunio cualquiera es, sin duda, un fatal error de cálculo.

Pero...

Un beso con churros.

NoSurrender dijo...

Los que nos rodean nos explican quienes somos. De alguna manera, no podemos Ser sin la proyección del mundo y de los otros. El odio es parte del teatro, de nuestras calles, de nuestros bares. Y genera nuestro miedo y nuestro estupor, que nos explican también qué somos y qué buscamos y de qué huimos. Lo mismo le pasaba al policía de esa preciosa novela de Muñoz Molina. Tienes buen gusto para los libros.

Besos!

Lamotte dijo...

...claro, por hablar de algo...

Etèria dijo...

Yo también le tengo miedo al odio pues o es una barrera para protegernos de los sentimientos o la ignorancia y el temor a los que nos rodean… Por hablar de algo.

Besos

Gwynette dijo...

Que alegría encontrarte, corazón !!!!!!.

Hoy, és -será, porque ya son la 1 y media de la madrugá- el día que me alegraste :)))

Muakkkks

Mañana te leo y te contesto, que estoy muertita de sueño, pero ya te he puesto en los link..ay,que difícil me será no llamarte Churrilla =_O

Muchos, muchos besitos

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Todo en su justa medida, ¿no?: Amar hasta la bobaliconería debe de ser tan malo como lo contrario: odiar hasta el infinito y un poco más allá. Todo debe de ser cosa de dosis.

Vamos, que si tengo que ser sincero -que puedo no serlo- creo que no podría vivir sin ese odio, complementario del amor, que tanto me define como persona humana (que se dice).

Igual soy malo.

PEGASA dijo...

Haber si no hay enfados en una pareja como va ha ver dulces reconciliaciones. Es queeee ya está to invantaooooo. Saludos

Gwynette dijo...

Dicen que el odio y el amor comparten en la misma zona cerebral, quizás por eso cuesta tan poco que se crucen los cables y donde se dijo por siempre, se acabe diciendo nunca jamás...
Te dije ya lo contenta que esoy de encontarte? :)))

Besitos

Lokita dijo...

Opino parecido a Edanmir, del amor al odio hay sólo un paso, y a veces, la línea que los separa es tan ínfima, que puedes lograr hacer las dos cosas a la vez, incluso.
De todas maneras, y sin considerarme una asesina, obviamente, he llegado a sentir ese odio repulsivo por alguien al que jamás quise ni querré, y puedo agradecer no haber nacido con ese instinto, o tal vez, ser demasiado consciente de las consecuencias, porque hubo veces, que no me faltaron las ganas…
Por suerte, no soy nada rencorosa, y el tiempo me ayuda a apaciguarlo.
Un beso

protos669 dijo...

Hola Casilda,

De odios todos podemos hablar, incluso por haberlos sentido en la propia piel. Puede que incluso hablemos de odios por hablar de algo...

Y yo no soy de odios si no mas bien de indiferencias...

Muchos, muchisimos besos sin odio (o era sin oido?) desde mi rincón.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

Casilda miente, pero como una bellaca. Resulta que nos ha engañado a todos, cambiando de personalidad: ¡IMPERDONABLE!

Apuntico estuve de preguntar -voz en grito- si alguién sabía algo de ti, pero me pareció muy cursi y me contuve.

No sé qué, pero alguna me debes.

ybris dijo...

Mal consejero el odio.
Yo es lo único que odio.
Hablo de las personas. A algunas ideas las odio con toda el alma.

Besos

Zorro de Segovia dijo...

yo también miro a los ojos de la gente. No busco asesinos pero me gusta hacerlo. Sobre todo cuando tengo delante a uno de esos tipos o tipas muy seguros de sí mismos. Nadie aguanta la mirada de un zorro-lobo más de unos segundos seguidos ..., y menos en plenilunio