lunes, 15 de marzo de 2010

La buena educacion

A diario me muevo entre desconocidos a los que conozco desde hace siglos.
Parece que no existieramos fuera de estas paredes y estos pasillos en los que nos cruzamos muchas veces al día .Nos paramos , charlamos , nos ayudamos profesionalmente y hasta nos contamos intimidades, pero jamás preguntamos nada que supere la mera cortesía a la que obliga la buena educación .
Después de una enfermedad ( aparatosa pero poco grave) cambió bastante mi físico. Al reincorporarme al trabajo me dijeron que me quedaba muy bien el pelo corto ,me preguntaron si ya estaba recuperada y se hizo alguna broma sobre nuestra imposibilidad de pillarnos una baja como cualquier hijo de vecino.Pero nadie, absolutamente nadie me hizo ninguna pregunta relacionada con lo que había tenido. Solo tiempo después , como dos años ,una maripuri que conozco de toda la vida y a la que le falta un hervor me soltó que si ya había superado la anorexia . Como había pasado tanto tiempo y a pesar de quedarme con la boca abierta me limité a decir que ya estaba cual rosa de pitiminí ,pero pensé que de todas las enfermedades posibles que yo pude imaginar que los demás imaginaban en la anorexia precisamente no había caído .
Quizás ahí estaba el quid del tema, a veces no se pregunta para no obligar al que responde a mentir . ( no me extrañaría después de aquel comentario)

Leo "Un millón de luces " de Clara Sánchez .

"Ante las preguntas , quien mas y quien menos se pone a la defensiva. La pregunta , por inofensiva que sea contiene un cariz agresivo, es como si entre nuestros derechos fundamentales se encontrase el de no ser preguntado.Son escasos los profesores que recuerdo que admitiesen con agrado las preguntas de los alumnos.....En las consultas de los médicos suelen ser muy lacónicos en sus respuestas porque mas o menos saben lo que hay que hacer o no lo saben y una consulta no es una clase de medicina ...
Un escritor que triunfa , por ejemplo,nunca dará las claves de como ha alcanzado el éxito, que hizo, con quien habló, que sapos tuvo que tragarse, si insistió , si se limitó a esperar, si le costo mucho, si le costó poco.no hay que preguntárselo porque jamas lo desvelara , nunca dirá la verdad .Y lo mismo ocurre con el que fracasa, contará mil cosas pero no la importante. A la gente le gusta hablar por los codos, contar con todo tipo de detalles como funciona el reloj de su abuelo, pero no le gusta que le pregunten , y desde luego mentirá "

8 comentarios:

Dr.Mikel dijo...

Pues que quieres que te diga, yo opino que las relaciones laborales han de ser cordiales, pero distantes, al fin y al cabo somos "coincidentes" no hemos elegido con quien compartir nuestro tiempo y nuestras actividades de trabajo.
A mi me da muy buen resultado separar totalmente mi mundo personal del laboral. Te lo digo por experiencia en el tema.
Bsos.
Ahh, lo que cuenta es como te sientas tú, al margen de cualquier otra cosa.

Miss.Burton dijo...

Lo importante es también, saber establecer una frontera entre lo personal y lo profesional. Hay gente que tiene esa capacidad, yo no la tengo, y me va bastante mal, pues ya sabes que das información alegremente, y te la clavan por detrás porque te expones totalmente. Pero hay que aprender a separar absolutamente esos dos mundos.
Respecto a preguntarte por ti, tu salud... creo que hay de todo. Dejé de preguntar a una de mis hermanas por su vida, porque era tan jodida, que sabía que no podía apenas hablar, imagínate obligarla a pensar en como esconder toda esa mierda para que los demás nos quedásemos tranquilos.
Perdona si alguna vez te he preguntado, siempre me importaste y preocupaste, ya ves, aquí forjamos amistades de esas que no se ven, pero se sienten de cojones.
Sólo espero que todo te vaya bonito. Y sí, estoy aprendiendo a no preguntar, y conste que no lo hago por, como la maripuri, cotillear salvajemente. Lo hago porque cuando quiero a alguien, pienso que quizás le ayude el hablarlo, y yo pueda ayudarle escuchándole.
Pero todo el mundo merece vivir como le plazca.
Yo a ti, guapa, ya no te pregunto mas.
Besos.

Antígona dijo...

Caray con la maripuri, Casilda! Que una cosa es preguntar y otra responderse a sí mismo antes de haber preguntado y encima desvelar esa respuesta gratuita formulando una pregunta impertinente.

Creo que, como en tantos otros terrenos, preguntar es un arte que no todo el mundo maneja. Y todo depende del modo en que se formule la pregunta. Supongo que, en el caso de temas delicados, o de falta de confianza con el otro, se debe preguntar de tal modo que se deje al otro la puerta abierta, bien para no decir nada concreto si no le apetece, bien para contar, si sí le apetece, lo que ha pasado.

Es la única forma de no obligar a nadie a mentir: no formulando preguntas directas que dejen al otro sin posible escapatoria. Ofreciéndole sencillamente una vía de comunicación que el otro pueda tomar si quiere o rechazar si no sin necesidad de resultar cortante o violento.

A fin de cuentas, todos tenemos derecho a contar de nuestras vidas lo que nos dé la gana, mucho o poco según nuestro criterio, dentro de los límites que nosotros mismos nos hayamos fijado o a veces también condicionados por las circunstancias. Y determinadas preguntas son un verdadero atropello a ese derecho a la intimidad que muchos deseamos ver respetado.

De estar yo en tu lugar, creo que esa manera de dar por sentado qué enfermedad había tenido me hubiera molestado bastante. No creo que nadie tenga derecho a sacar conclusiones de la vida de otros sin ni siquiera estar informado. Por eso, pese a todo lo que he dicho, antes que esa ignorancia sabionda, prefiero que el excesivamente curioso formule una pregunta directa. Para responder ¿y a ti qué te importa? siempre se está a tiempo :)

Un beso!

NoSurrender dijo...

Tengo un amigo que siempre que le preguntan "qué tal?" responde "Bien, ¿o te cuento?" En fin, que creo que la cortesía y las normas de ducación no tienen nada que ver con la empatía ni con el interés de unos compañeros en otros. Sea lo que fuere que tuvieras, seguro que pensaban que hablar de ello sería una molestia para ambos.

Me alegro de que estés bien :)

Besos.

glauka dijo...

Y yo recuerdo haber leído a Antonio Gala: La mejor manera de guardar silencio es hablando por los codos.

MUY SEÑORES MÍOS dijo...

El viaje de nuestras vidas es como el viaje en los autos de choque de una feria: nos cruzamos, chocamos, sonreimos, nos sorprendemos, nos enojamos... un viaje en fin, para nada...


Besos.

caramenta dijo...

Habitualmente solemos confundir precisamente la buena educación con el quedarbien.
Y no es lo mismo saludar a tu suegra por ejemplo, con un "que buena cara tienes hoy"
que con
"ayer me preocupaste porque estabas asquerosa de ver".

Porque, ¿cuál de las dos formas sería la más educada???

Distintos puntos de vista, siempre.
Cuídate.

dacebedos dijo...

no puedo contener más la incitación de un comentario; no se pregunta porque en el fondo no nos intersa nadie; los amigos son los autos, se tienen porque son útiles para nosotros; existen mientras sacamos algo de ellos. Realmente sus enfermedades no nos interesan, sólo cuándo estarán de nuevo "disponibles". La persona como utilidad, todo como utilidad. Con las excepciones pertinentes, se acabó el individuo como sentimiento, se perdió la humanidad, la relación amigable, la comunión; los amigos valen mientran engrosan la lista de facebook y comenta una peli. No llamo amigo a quien no pregunto qué enfermedad tiene, cómo llega a fin de mes y hasta porqué llora.